Comienza la aventura

Quizás dentro de tres horas nos estaremos arrepintiendo de haber estado hasta tan tarde, de haber bebido un poco más de la cuenta, de decir cosas de las que luego nos arrepentimos, de darlo todo por una horas con los nuestros... pero nadie nos quitará la velada que hemos pasado junto a nuestros seres más queridos, en las que nos hemos juntado personas de distinta procedencia, pero con amigos en común. En poco más de tres horas estaremos en pie y no podremos con la que se nos viene encima, pero podremos decir que ha merecido la pena gracias a todos aquellos que nos han acompañado esta noche y desde estos momentos forman parte de esta aventura. A todos os queremos ver a la vuelta para celebrarlo nuevamente.

Volveremos a dar señales de vida, no lo dudéis... pero esta vez a más de 5.000 kilómetros de nuestros hogares. No nos perdáis la pista.

Esto no es un adiós... es un hasta la vuelta


A poco más de 24 horas para que toda esta locura comience podemos decir que -ahora sí que sí- estamos sintiendo los nervios que debían preceder a este proyecto y que hasta ayer no hicieron acto de presencia. El hecho es que hoy no ha dejado de ser el típico día precedente a las vacaciones de todo ciudadano medio de a pie, donde los preparativos han colmado las actividades del día, sin tiempo para pensar en otra cosa que no sea lo que vamos a necesitar a miles de kilómetros de nuestras casas.

Mañana partimos. Quedan poco más de veinticuatro horas, pero las formalidades del despido ya han tenido lugar, y la mayor parte de nuestra microsociedad se ha quedado con las ganas de hacerlo. Por ello pensamos hace poco más de un mes hacer una fiesta de despedida. Algo lejos del desmadre que nos ha acompañado en nuestra temprana juventud, pero con carácter lúdico-festivo que sirviera para juntarnos a todos un poco más. Queríamos hacer algo significativo y cogimos un pub en el centro de Madrid. El sitio es de lo mas kuko y se encuentra entre Tirso de Molina y Lavapiés. La fiesta comenzará a partir de las 21:00. Tubos de cerveza a 1'5 y copas a 5. Aperitivos americanos y el rock, folk y country más auténtico para la ocasión. Para todos nuestros colegas, familias y para todo aquel que esté leyendo esto, no sepa qué hacer el viernes por la noche, le mole la idea y le pille de paso el sitio. Mayormente, para saber qué se siente en las horas previas a esta hazaña que dará mucho que hablar. Estáis todos invitados.

Que no te lo cuenten

Planning quasi-definitivo del viaje


El plan era el siguiente: recorrer Estados Unidos de costa a costa. Sobre una mesa de la Taberna La Fundación, planos, bolígrafos, un cuaderno que se convertiría en testigo de todo lo tratado en cada reunión, cervezas, tapas y guías de Estados Unidos. Justo en la presentación de Luke como cuarto pasajero de la Ruta, Chusy me llamaba por teléfono:

- Bola, cierra el cupo. Yo quiero ser el quinto pasajero.

Debería haber fotos de ese día, pero hay detalles que se pasan por alto sin saber que serán realmente significativos en un futuro. Fue en la segunda quincena de febrero, llevábamos hablándolo desde el verano pasado, pero esa reunión supuso la primera piedra de este proyecto. Tuve que explicar una vez más qué era la Ruta 66 y lo que había supuesto para el desarrollo y la vida en general de los Estados Unidos.

- Pues a mí me ha dicho un camionero que la Ruta 66 empieza en Nueva York y no en Chicago.
- Pues debe ser otra carretera, porque la 66 empieza en la Ciudad del Viento.

Podíamos haber hecho otra de las grandes rutas del mundo, pero esa noche en el Hard Pool el verano pasado nos marcó mucho. Con la lección aprendida, sabíamos el gordo de la teoría, pero nos costaba aún ponerlo en práctica. Había tantas cosas que ver, que 15 días se nos hacían cortos.

- Yo estuve calculando a pie de mapa el recorrido y nos sale un viaje de 25 días para verlo todo.
- Pues que sean 25 días, no se hable más.

Todo salía a pedir de boca, o al menos eso parecía según reflejaba nuestro semblante. Alrededor de la mítica 66 aparecían numerosas atracciones turísticas dignas de ver, y el kilometraje iba aumentando por momentos. Reservado el vuelo y alquilado el coche, incluso los 25 días se nos hacían cortos. Yo preparé un dossier bastante elaborado sobre las etapas de cada viaje y lo que había que ver en cada punto del camino, pero mi trabajo me impedía dedicarle el tiempo que necesitaba y el dossier se quedó sin terminar a la altura del tercer Springfield del camino. Luke, por su parte, a golpe de tiralíneas trazó un mapa envidiable, con alguna jornada extenuante de 700 kms., pero donde no hay rincón que queramos visitar que haya quedado fuera de nuestro alcance. Si queréis consultar cuál será nuestra ruta final, la podéis ver en este enlace:




Ver Nuestra Ruta 66 en un mapa más grande

- Oye, y el blog ¿cómo se llamará?
-Te dejamos que le pongas el nombre tú.

8.200 kilómetros de nuevo mundo, gente por conocer y anécdotas a cascoporro. Carretera sin señales. Sólo quedan dos días para nuestra marcha.

Sea inteligente... llámenos con Skype

Chulería tecnológica

A una semana de partir a las américas, aún no tenemos asimilado que el viaje es inminente. Llevamos tantos meses preparándolo que todavía parece cosa de un futuro lejano. Tal vez no seamos conscientes de lo que vamos a hacer hasta que estemos corriendo por los interminables pasillos de Barajas, o tal vez cuando estemos alzando la vista para contemplar los rascacielos de Nueva York. Lo que no sabemos es cuánto nos va a costar la broma, y es que los cálculos nunca fueron lo nuestro. Viendo las hojas de gastos de expediciones anteriores a la nuestra veíamos que el viaje no superaría los 2.000€, pero es que esos viajes fueron realizados en tiempos de bonanza económica, cuando el euro estaba a 1'50-1'60 con respecto al dólar, y en estos tiempos que corren las cosas se han igualado un poco (1'25-1'30, dependiendo del día). Una cosa tenemos clara, y es que viajes así se hacen sólo una vez en la vida, por lo que no hay que escatimar en gastos a la hora de ver todo lo que hay que ver, y eso que en América hay que pagar por ver todo lo que merece la pena, desde la Estatua de la Libertad en Nueva York hasta un pueblecito indio en Santa Fe, incluso el Cañón de Colorado y el Monument Valley. Nos vamos a dejar la nómina en la carretera, pero tampoco queremos quedar entrampados lo que queda de año, por lo que hay que recortar gastos de algún flanco: las comunicaciones.
Nos costará trabajo actualizar el blog cada día, que lleva lo suyo, pero es algo que prometimos y haremos siempre que la Wi-Fi esté con nosotros. Este blog fue creado principalmente para abastecer de información sobre nuestras andanzas a los familiares y amigos, pero es que los familiares no se conforman con esto. Hay veces que quieren que hagamos una llamada para verificar que estamos vivos y que no son otras personas las que escriben aquí, pero es que se creen que nuestro móvil es como su fijo, que tiene minutaje ilimitado a coste cero. Consultando con los centros de atención al cliente de Movistar, Vodafone, Orange y Yoigo nos han dado la estupenda noticia de que el establecimiento de llamada y el primer minuto de Estados Unidos a España nos costaría como hablar media hora en territorio español. Con precios así no tendremos más opción que apagar los móviles cuando pisemos suelo estadounidense, no vaya a llamarnos algún desaprensivo o alguien que se equivoque de número y nos quite el presupuesto para la comida de ese día. Las únicas soluciones consisten en:

1.- Comprar una tarjeta telefónica internacional, de esas que se venden en los locutorios. En Italia, por 5€ podías hablar hasta media hora con Europa, aunque a la hora de la verdad te dan la mitad de tiempo. Será diferente en llamadas transoceánicas, pero seguramente merezca más la pena que los planes de precios de las compañías móviles españolas.
2.- Tirar de Skype. Es el sistema más eficiente para estar en contacto con nuestra familia, amigos y todo aquel que quiera agregarnos. El tiempo de poder estar en contacto telefónico con nosotros se reducirá a un par de horas al día en la noche americana, pero la llamada será gratuita y nos podremos ver las caras por la web cam.

Entre nosotros hemos pensado en comprar terminales americanos, porque no vamos a estar juntos las 24 horas del día durante los 26 días del viaje, pero no sabemos si es difícil darse de alta en una línea de teléfono móvil allí, y más siendo extranjeros de paso.
Para todo aquel que se encuentre en una situación similar a la nuestra y vaya a emigrar a Estados Unidos, adjuntamos las tarifas telefónicas de los operadores españoles con red fija (porque, amigo, si tienes línea con un operador virtual, despídete de tener servicio en el extranjero. Al final lo barato puede acabar saliendo caro). Una vez más, pedimos un poco de compasión. Olvídense de nuestros números y anoten nuestra cuenta en Skype: routerboys.





American way of life



No es lo mismo ser un turista que un viajero en esta vida. Mientras el turista colecciona fotografías de los principales monumentos de las ciudades, el objetivo del viajero enfoca a las personas que le rodean allá donde esté, a toda esquina digna de ser fotografiada y a todo aquello que sorprenda por lo nuevo y extraño que lo caracteriza. El turista se hace destacar entre el resto de la gente, delimitando su terreno a la sombra de su guía y al recinto vacacional con pulseratodoincluido. El viajero se camufla entre la gente del lugar, imita sus costumbres y posee cierta avidez de aprendizaje sobre el cómo y el porqué de sus vidas. Este viernes, en una fiesta de cumpleaños, Chusy y yo debatimos con otras personas acerca de la posibilidad de comer insectos si viajáramos a Oriente, como es de costumbre allí. Yo expuse mi argumento universal, y es que hay algo que nos une a todas las culturas del mundo, y es que su gastronomía no es venenosa ni resulta mortal, por lo que no tendría ningún problema en probar esos exóticos manjares que desde el Saber Vivir han recomendado en alguna ocasión por su alto contenido vitamínico. Oriente es algo más que la Muralla China y las luces de neón de Tokio.
A principios de este proyecto, preguntando por el precio de los vuelos, nos ofrecieron una viaje organizado por toda la Ruta 66. Así, como el que va al museo y necesita que se lo expliquen absolutamente todo. Lo rechazamos, claro está. El viajero se diferencia del turista en que no tiene un recorrido marcado ni tiene que estar a las siete de la tarde en el punto de encuentro. El alma de la Ruta 66 está en el camino, no en la meta, no en las postales para la familia ni escatimar en dedicar a ciertos lugares más tiempo del estimado. Como explicamos en el anterior artículo, hay cosas que molan más hacerlas en el último momento, casi de improvisto, y estoy seguro de que las sorpresas que nos depara la carretera serán mayores si no tenemos un entendido al lado que nos cuente el final de la película. De la misma manera, en los últimos tiempos hemos intentado contactar con estadounidenses que nos enseñen los secretos de la América profunda, tanto en los valles como en las grandes avenidas de las ciudades. Por ahora hemos conseguido unos cuantos contactos yankees, pero este blog está abierto a toda aquella persona que quiera ofrecerse a enseñarnos todo lo que no está escrito en las guías de turismo de Estados Unidos. Y cuando decimos todo, queremos decir TODO.
Nuestro afán por conocer en primera persona el American way of life nos ha llevado a elaborar una lista de costumbres y espectáculos típicos americanos para ir haciendo a lo largo del recorrido dependiendo en todo momento de cómo estén de saneadas nuestras tarjetas de crédito. De esta manera podremos meternos a la vez en la piel del turista, del viajero y del americano medio de a pie, unidos por un mismo espectáculo como se unen las mocitas madrileñas y el japonés con su cámara en la Las Ventas o en el Santiago Bernabeu cualquier tarde soleada de domingo. Nos hemos marcado un mínimo de dos acontecimientos, pero podrían ser más. Ésta es la lista de los mismos, que supone a su vez la primera encuesta que hacemos en el blog para que todo lector que se pase por aquí deje su voto según los espectáculos que le gustaría ver. Os invitamos a participar:
- Un partido de baloncesto
- Un partido de béisbol
- Un partido de fútbol americano
- Un partido de hockey sobre hielo
- Un musical de Broadway
- Una película en un cine de coches al aire libre
- Un espectáculo de vehículos aplastacoches
- Una carrera de Fórmula Nascar
- Un concierto de Cindy Lauper en un casino de Albuquerque
- Un rodeo americano
- Una persecución policial en Los Ángeles
- Un parque de atracciones americano
- Una velada de boxeo
- Un combate de lucha libre
- Un espectáculo de cabaret
- Una fiesta universitaria
La votación se encuentra en el menú de la derecha, justo debajo del traductor. Se cerrará el 31, día de nuestra partida. Gracias por votar.

Compartiendo costumbres

Hotel, dulce hotel...


La semana pasada estuvimos calculando la Ruta "definitiva" a realizar y la calculadora echaba humo ¡8.200 Kms.! Un viaje con una media de 330 kms. diarios, sin contar con que habrá días que dediquemos íntegros a las grandes ciudades como Nueva York, Chicago, Boston, Las Vegas...
Decimos "definitiva" entre comillas porque en viajes de tal envergadura van apareciendo planes alternativos durante la marcha que acaban alterando la Ruta en mayor o menor medida. Es por ello que el tema de los hoteles es algo que no podemos reservar con antelación, puesto que el destino final de cada día en la ruta es incierto y no se sabe en qué pueblo o ciudad acabaremos, por lo que partimos hacia Estados Unidos con la única certeza de tener reservados los hoteles de las dos primeras noches en Nueva York y la última en Los Ángeles, las únicas seguras. Charly y John, por su parte, han reservado también una habitación doble en Washington, cambiando la Gran Manzana por la Capital en los primeros días al haber viajado a la primera en las navidades de 2008.
En sus tiempos pensamos alquilar una autocaravana en lugar del Cadillac, pero nos echó atrás por dos razones:
1.- El precio del alquiler rondaba los 6.000 €, más de cinco veces lo que suponía el alquiler del coche. Al respecto nos ahorraríamos los hoteles, sí, pero al cambio salíamos perdiendo.
2.- (ironic mode on) El encanto de los hoteles de carretera (ironic mode off) y el gusto de despertarse cada día en una habitación distinta con la incertidumbre que producen los primeros segundos de no saber en qué punto del país estás, eso no tiene precio.
Ajustando el planning al qué pasará, Internet hará el resto, reservando las habitaciones en la jornada anterior a nuestra llegada a cualquier punto. Que sí, que es más fácil y cómodo reservar con unas cuantas semanas de antelación, pero las grandes anécdotas de los viajes surgen siempre a raíz de los impedimentos y complicaciones de última hora. A la hora de hacer la reserva hemos tenido en cuenta las que -posiblemente- sean las mejores páginas webs a la hora de reservar habitación en todo el mundo:

1.- Booking: Grandioso buscador de hoteles según las características que quieras, la localización, el precio, los servicios... todos los campos están en orden para poder escoger la habitación deseada al mejor precio.

2.- Venere: Otro buscador bastante efectivo, en el que juegan un papel muy importante las opiniones que los usuarios de la web vierten acerca de su experiencia en los hoteles para elegir entre uno y otro. Es fácil encontrar la opción de elegir directamente el número de habitaciones y de huéspedes que vamos a ser, a la hora de encontrar los pocos hoteles que tienen habitación para cinco personas como nosotros buscamos.

Aparte de estos dos buscadores de carácter internacional, hay cadenas de moteles distribuidas por toda la geografía estadounidense, Ruta 66 incluida; serían algo así como los Hoteles Ibis y Formula 1 de Estados Unidos. La calidad no está reñida con el precio, pero el lujo no está incluido en el paquete. De estas cadenas, las más famosas son: Motel 6, Super 8 y Days Inn, entre otras. En más de 8.200 kilómetros de asfalto son centenares los hoteles que nos encontraremos, tanto en las ciudades como en la carretera. Definitivamente, no es ni de lejos una de nuestras mayores preocupaciones a la hora de cargar con nuestro equipaje y poner rumbo a Estados Unidos. Si fuese éste nuestro mayor problema...

Hermanos mayores


El que suscribe y redacta este blog ha tenido desde hace muchos años la ilusión de recorrer la Ruta 66. No sabría decir el día exacto ni el período aproximado en el que esa idea entró en mi cabeza para no salir hasta verse realizada, pero sé que no es cosa de ayer ni de anteayer precisamente, estoy hablando de años. Tal vez haya sido producto de los libros y road-movies, que tienen ese nosequé que te acaba enganchando, te meten en la piel del protagonistas y acabas siendo un ente mimético capaz de pensar como ese personaje ficticio.
El hecho es que esa chispa que prendió dentro de mí fue avivada por la revolución informativa que ha producido Internet en la sociedad mundial, capaz de reducir todo lo que sucede en tiempo real a una pantalla de ordenador o un móvil de última generación. Esta caja lista ha traído hasta mi casa aventuras de personas ávidas de emoción, personas que son reales y a través de las cuales he podido empezar a saber que se siente sobre el asfalto de la Ruta 66. Son éstos, nuestros hermanos mayores, hijos de ruta todos ellos, los que me han hecho dar el paso definitivo, hacer realidad esta locura y reclutar a otros cuatro locos que respaldaron mi propuesta. Por ello quería agradecerles esa idea que tuvieron un día de hacer un blog y transmitirnos que este viaje merece la pena con la misma emoción que Marco Polo mostraba en sus crónicas a la sociedad del siglo XIII. Éstos son los cinco blogs que más nos han influido y que recomendamos:

Seguramente el blog sobre la Ruta 66 escrito en español más conocido de la Red. Es una gozada leer esos artículos, más que por la información que aportan, por el estilo en el que están escritos. De Alcorcón y Leganés tenían que ser, vecinos nuestros.

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero este blog narra el viaje de dos parejas que iban a hacer el viaje en 2009 y las circunstancias les separaron en el tiempo. Una pareja la hizo ese año y la segunda pareja partirá 15 días antes que nosotros. Tal vez nos los encontremos por aquellos lares.

El trabajo de estas dos periodistas argentinas es realmente envidiable. Cubrieron la Ruta 66 durante las elecciones más importantes de los últimos tiempos, las que enfrentaban a Obama y Mc Cain. Contaron en directo con todo lujo de detalles las impresiones y datos que poco a poco vaticinaban lo que todos ya esperábamos: la victoria de Obama. Frutos de este trabajo fueron el premio de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano a la mejor cobertura en Internet 2008 y el Premio rey de España.

Estos cinco chicos del País Vasco y Cantabria no sólo se curraron un gran viaje, sino que son los únicos que a día de hoy siguen actualizando el blog con cierta regularidad con noticias interesantes sobre Estados Unidos y la Ruta 66, a pesar de haber finalizado su viaje hace casi dos años.

Posiblemente sea éste el blog más crítico que hay sobre la Ruta 66. Al autor del mismo y su chica no les fue mucho en líneas generales el viaje y así lo refleja en sus líneas. Bueno es también saber el lado negativo de las cosas, que no todo en la vida es de color de rosa.

A todos ellos les felicitamos por sus blogs tan instructivos y les invitamos a que se pasen por el nuestro para orientarnos un poco durante la dura y larga travesía. Os lo agradeceremos eternamente.

Un guiño desde Atrápalo.com


Esta semana Ruta 66: El blog ha tenido una pequeña reseña en el blog de Atrápalo.com, donde nos describían como "uno de esos blogs que dan envidia, y mucha". Nos han vendido la moto bastante bien, pues en estos días se han incrementado notoriamente las visitas; han puesto su granito de arena para que más personas conozcan el blog y eso es algo de agradecer viniendo de donde viene, los especialistas en viajes.

Nosotros, por nuestra parte, andamos con los nervios a flor de piel, a 24 días de nuestra partida y con asuntos que arreglar aún, como la planificación del viaje para ver el máximo posible de cosas durante los 25 días, el hotel del último día (que es el único punto seguro junto con la llegada), seguros de viaje y demás. Cualquier error que cometamos en estos días puede tener un mal desenlace. Que el Boss nos pille confesados.

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